Self portrait
Los teclados se han convertido en una extensión de nuestro cuerpo. Un intermediario entre nosotros, nuestra pantalla y el mundo.
Un interfaz sin el que nos sería difícil movernos por el ecosistema humano actual. Ocio, trabajo, sexo, amistad se expresan a través suyo.
La fotografía está tomada durante una micro acción que consistió en pegar con cinta de embalar todos los teclados que pude sobre mi torso.

Spray metalizado sobre fotografía. Papel Somerset 300gr
Commenti